PEDAGOGÍA DEL OLVIDO
Al otro lado del espejo, en los territorios de Alicia, donde las cosas ocurren al revés, los estudiantes acuden a las escuelas para olvidar. En los primeros años, los maestros les enseñan a olvidar el abecedario y los conocimientos elementales. En la enseñanza media, se trata de olvidar algunas materias como las matemáticas, la geografía y la historia. En la universidad, el estudiante es minuciosamente preparado para la especialización del olvido. El olvido, por ejemplo, de la arquitectura, del derecho, de la medicina, etc. Sólo quienes consiguen el olvido absoluto se hacen merecedores de un título a nombre de la nación, lo cual será fuente de sus desdichas, pues allí, en esa tierra de paradojas, el olvido es la sabiduría y la desdicha la felicidad. Y ésta, por ser la más alta expresión de la vida, deberá conducirlos inevitablemente a la muerte. Pero (como bien supone el lector) la muerte es su nacimiento, y éste, otra vez todo el cúmulo de sabiduría que están condenados a olvidar.
LA TORTUGA DE AQUILES
Cuando la tortuga se enteró de que Aquiles jamás la alcanzaría, se sintió el animal más veloz de la tierra. Para divulgarlo y hacer que los demás animales le reconozcan ese privilegio, decidió visitarlos, uno por uno, en su propio habitat. Sólo llegar a la cueva de su vecino más cercano, el león, le demandó tres meses con veintisiete días. Así las cosas – pensó la tortuga – me pasaré la vida caminando y no todos llegarán a saber que soy el animal más veloz de la tierra.
Agobiada por tan lúgubres pensamientos, abandonó sus delirios de tortuga afamada y se echó a dormir a la sombra de una piedra.
CAMBIO DE LUNA
El poeta chino Li Tai Po, ebrio de vino y sobre una barca, murió ahogado cuando pretendía abrazar la luna reflejada en las aguas del Río Amarillo.
La luna, enterada del trágico acontecimiento, compungida, solicitó a los dioses convertirse, para siempre, en su propio reflejo. Así, la verdadera luna sería la que había abrazado el poeta sobre el agua. Los dioses, conmovidos, satisficieron el ruego.
Li Tai Po vive, pues, en las aguas del Río Amarillo, y ha sembrado un viñedo en la luna verdadera.
Al otro lado del espejo, en los territorios de Alicia, donde las cosas ocurren al revés, los estudiantes acuden a las escuelas para olvidar. En los primeros años, los maestros les enseñan a olvidar el abecedario y los conocimientos elementales. En la enseñanza media, se trata de olvidar algunas materias como las matemáticas, la geografía y la historia. En la universidad, el estudiante es minuciosamente preparado para la especialización del olvido. El olvido, por ejemplo, de la arquitectura, del derecho, de la medicina, etc. Sólo quienes consiguen el olvido absoluto se hacen merecedores de un título a nombre de la nación, lo cual será fuente de sus desdichas, pues allí, en esa tierra de paradojas, el olvido es la sabiduría y la desdicha la felicidad. Y ésta, por ser la más alta expresión de la vida, deberá conducirlos inevitablemente a la muerte. Pero (como bien supone el lector) la muerte es su nacimiento, y éste, otra vez todo el cúmulo de sabiduría que están condenados a olvidar.
LA TORTUGA DE AQUILES
Cuando la tortuga se enteró de que Aquiles jamás la alcanzaría, se sintió el animal más veloz de la tierra. Para divulgarlo y hacer que los demás animales le reconozcan ese privilegio, decidió visitarlos, uno por uno, en su propio habitat. Sólo llegar a la cueva de su vecino más cercano, el león, le demandó tres meses con veintisiete días. Así las cosas – pensó la tortuga – me pasaré la vida caminando y no todos llegarán a saber que soy el animal más veloz de la tierra.
Agobiada por tan lúgubres pensamientos, abandonó sus delirios de tortuga afamada y se echó a dormir a la sombra de una piedra.
CAMBIO DE LUNA
El poeta chino Li Tai Po, ebrio de vino y sobre una barca, murió ahogado cuando pretendía abrazar la luna reflejada en las aguas del Río Amarillo.
La luna, enterada del trágico acontecimiento, compungida, solicitó a los dioses convertirse, para siempre, en su propio reflejo. Así, la verdadera luna sería la que había abrazado el poeta sobre el agua. Los dioses, conmovidos, satisficieron el ruego.
Li Tai Po vive, pues, en las aguas del Río Amarillo, y ha sembrado un viñedo en la luna verdadera.
1 comentario:
Leimos los cuentos en clase, me gustó sobre todo el último... prosa y verso se funden en uno solo...
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